Gabo y la música

Nuevamente Friend’s Café nos da el tema de esta entrega.
En Leer para escribir, Antología de lecturas para practicar los procesos de la redacción, de Elsa R. Arroyo Vázquez y Julia Cristina Ortiz Lugo, Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico, quinta edición, 1997, 440 páginas, encontramos el texto de Gabriel García Márquez que se anexa:

Bueno, hablemos de música
Gabriel García Márquez – 1982

En una de esas encuestas que proliferan a diario me han preguntado, como tantas veces, cuál es la música que me llevaría, si sólo pudiera llevarme un disco, a una isla desierta. No he dudado un instante la respuesta: las Suites para chelo solo, de Juan Sebastián Bach; y si sólo pudiera llevarme una de ellas, escogería la número uno. Conozco distintas versiones, y entre ellas, por supuesto, la de Pau Casals.

Además de su valor histórico, es una versión excelente, pero la grabación es tan antigua que es mucho lo que se pierde de su excelencia. En realidad, la versión que más me conmueve es la de Maurice Gendron, y por consiguiente sería ésta la que me llevaría a la isla desierta, junto con un libro único: una buena antología de la poesía española del Siglo de Oro.
Este tema me ofrece la oportunidad de contestar a otra pregunta que los periodistas me hacen con frecuencia sobre mis relaciones con la música. Les contesto siempre la verdad: la música me ha gustado más que la literatura, hasta el punto de que no logro escribir con música de fondo porque le presto más atención a ésta que a lo que estoy escribiendo. Sin embargo, nunca voy mucho más lejos en mis explicaciones, entre otras cosas porque tengo la impresión de que mi vocación musical es tan entrañable que forma parte de mi vida privada. Por lo mismo, cuando estoy solo con mis amigos muy íntimos no hay nada que me guste más que hablar de música. Jomi García Ascot, que es uno de estos amigos, publicó un libro excelente sobre sus experiencias de melómano empedernido, y allí incluyó una frase que me oyó decir alguna vez: ¨Lo único mejor que la música es hablar de música¨. Sigo creyendo que es verdad.

Lo raro es que cuando uno dice que le gusta la música se piensa casi siempre en la música que por pura pereza mental se ha dado en llamar música clásica. También se la llama música culta, lo que no resuelve el problema, pues pienso que la música popular también es culta, aunque de una cultura distinta. Aun la simple música comercial, que no siempre es tan mala como suelen decir los sabios de salón, tiene derecho a llamarse culta, aunque no sea el Producto, de la misma cultura de Mozart. Al fin y al cabo, los grandes maestros de todos los tiempos saben que el manantial más rico de su inspiración es la música popular. La foto más conmovedora en la vasta y hermosa iconografía de Béla Bartók es una en que aparece recogiendo una canción de labios de una campesina con una grabadora de cilindro, que nada tenía que envidiar a la primera que construyó Edison, y en la cual quedaron grabadas para la historia las preciosas líneas del Corderito de María.

Todo esto para mí es más simple: música es todo lo que suena, y el trabajo de establecer si es buena o mala es posterior. Tengo más discos que libros, pero muchos amigos, sobre todo los más intelectuales, se sorprenden de que la lista en orden alfabético no termine con Vivaldi. Su estupor es más intenso cuando descubren que lo que viene después es una colección de música del Caribe -que es, de todas, sin excepción, la que más me interesa-. Desde las canciones ya históricas de Rafael Hernández y el trío Matamoros, hasta las plenas de Puerto, Rico, los tamboritos de Panamá, los polos de la isla de Margarita, en Venezuela, o los merengues de Santo Domingo. Y, por supuesto, la que más ha tenido que ver con mi vida y con mis libros: los cantos vallenatos de la costa del Caribe de Colombia, de los cuales habría que hablar un día de estos en una nota distinta.

Jamaica y la Martinica tienen una música de grande, y fue Daniel Santos quien divulgó algunas canciones que estuvieron de moda hace muchos años sin que casi nadie supiera que eran de Curazao con letra de Papiamento. Debo decir, sin embargo, que la canción más bella que escuché jamás en esa región alucinada fue la que cantaba una niña indígena de unos nueve años en las islas San Blas de Panamá. La niña cantaba con una hermosa voz primitiva, acompañándose con una sola maraca, mientras se mecía a grandes bandazos en la misma hamaca donde dormía un niño de pocos meses. Me quedé como extasiado, flotando en la magia de la canción y lamentando con el alma no haber llevado conmigo una grabadora.

Nuestro guía local nos dijo -sin pretender ningún juego de palabras- que era una canción de cuna de los indios cunas. Fue tanta mi impresión que al día siguiente le conté mi emoción al general Omar Torrijos para que me facilitara el regreso a las islas con una grabadora, pero él me disuadió con su raro y demoledor sentido común «No vuelvas más», me dijo; «que esas cosas suceden una sola vez en la vida». No volví, por supuesto, pero la certidumbre de que nunca más volveré a escuchar aquella canción es una de las muy pocas amarguras de mi vida.

Tengo versiones inencontrables en ningún lugar del Caribe, que, sin embargo, las he encontrado donde menos podía imaginarse: en los mercados de discos latinos de la calle Catorce de Nueva York. Tengo discos de salsa, desde luego, pero con la conciencia de que no es una música nueva, sino la continuación exiliada y sofisticada para bien de la música tradicional de Cuba. Como lo dijo hace pocos días en una entrevista Dámaso Pérez Prado, el inmortal, que es uno de mis ídolos más antiguos y tenaces, como debe constar en los archivos de los periódicos en que escribí mis primeras notas. Me alegra comprobar, por otra parte, que mi pasión por la música del Caribe está bien correspondida. Hace unos años recibí en Barcelona un telegrama de alguien que solicitaba mi ayuda para escribir sus memorias y que se firmaba con el seudónimo de El Inquieto Anacobero. Un seudónimo cuyo titular es conocido de todo el Caribe: Daniel Santos, el jefe. Más tarde me llamó por teléfono desde Nueva York mi amigo Rubén Blades para decirme que quería cantar algunos de mis cuentos, y yo le contesté que encantado, inclusive por la curiosidad de saber qué clase de transposición endiablada podía quedar de semejante aventura. Lo digo sin ironía: nada me hubiera gustado en este mundo como haber podido escribir la historia hermosa y terrible de Pedro Navajas.

Por último, en el reciente aluvión telefónico que estremeció mi casa de México, una de las primeras llamadas fue la del otro gigante de la canción, Nelson Ned. Hace pocos años perdí la amistad de algunos escritores sin sentido del humor porque declaré en una entrevista -pensándolo de veras- que uno de los más grandes poetas actuales de la lengua castellana era mi amigo Armando Manzanero.

Hablar de música sin hablar de los boleros es como hablar de nada. Pero también eso es motivo para una nota distinta, y tal vez interminable. En este género, Colombia tiene un mérito que sólo Chile le disputa, y es la de haberse mantenido fiel al bolero a través de todas las modas, y con una pasión que sin duda nos enaltece.

Por eso debemos sentimos justificados con la noticia cierta de que el bolero ha vuelto, que los hijos les están pidiendo con urgencia a sus padres que les enseñen a bailarlo para no ser menos que los otros en las fiestas del sábado, y que las viejas voces de otros tiempos regresan al corazón en los homenajes más que justos que se rinden en estos días a la memoria inmemorial de Toña la Negra. Sin embargo, y sin ninguna duda, mi respuesta a la pregunta de siempre fue muy bien pensada y sincera: el disco que me llevaría a una isla desierta es la Suite número uno para chelo solo, de Juan Sebastián Bach. Terco que es uno.

Gabo y la música
Por Francisco A. Cifuentes S.


Antes de hablar de Gabo y la música y, la música en la obra de Gabriel García Márquez es preciso hacer dos reconocimientos, en medio de una pléyade de escritores latinoamericanos y colombianos, cuya narrativa está enmarcada dentro de diversos aires musicales, que tienen una perspectiva musical dentro de su novelística o que tienen referencias melodiosas culteranas o populares en sus textos.

Carpentier
En primer lugar, es necesario citar al cubano Alejo Carpentier, autor de la grandiosa odisea caribeña de El Siglo de las Luces (1962) y, que, junto a Cien Años de Soledad (1967) de Gabo, constituyen los pilares fundamentales de lo que posteriormente se denominaría el Realismo Mágico; el cual, en su lenguaje, en su trama y en su aire, marcaría toda una época y varias generaciones de escritores de América Latina y del Caribe. Pero en materia propiamente de ensayo histórico y musical, hay que partir de su magna obra La Música en Cuba (1946), que es una investigación de fuentes documentales de primera mano, incluyendo por supuesto la tradición oral y musical de la isla y el caribe. Y, en cuanto a estructura y estilo, cabe remitir a su novela corta Concierto Barroco (1974). En este marco de referencias bibliográficas afines a la música, cabe traer a colación la anécdota, cuando Gabo decía que estando en París había estudiado música bajo la orientación de Carpentier; lo que fue muy fructífero para la formación musical de nuestro Nobel.

Escritores y la música
En segundo lugar, hay que hacer justicia y un pleno reconocimiento a algunos escritores colombianos, de los últimos cincuenta años; cuyo objeto de tratamiento literario es propiamente la música o que su ambientación es eminentemente musical. Sin descartar otros trabajos, este artículo desea resaltar mi lectura placentera de los siguientes textos, que me emocionaron en diferentes períodos de mi vida como lector y melómano aficionado: Aire de Tango (1973) de Manuel Mejía Vallejo, me regresó al Medellín de Lovaina y Guayaquil. Para la salsa y el rock es ya todo un clásico Que Viva la Música (1977) del inolvidable Andrés Caicedo. Una relación cultísima entre la música clásica y la pintura, y discusiones filosóficas, teológicas y religiosas en torno a los ángeles de Sopó, está consignada en Metatrón (1997) de Philip Potdevin. Continuando con la salsa hay que leer Bomba Camará (1979) de Humberto Valverde. Y en la misma línea de aires caribeños y su influencia en Colombia, está El Tumbao de Beethoven (2012) de Fabio Martínez. Para el romanticismo y el erotismo del bolero, es preciso regresar a la colección de cuentos de Carmen Cecilia Suárez, libro titulado Un Vestido Rojo Para Bailar Boleros (1996).
Volviendo al clasicismo, no puede faltar el mejor novelista de la actualidad en Colombia Juan Pablo Montoya y su novela Escuela de Música (2019), que también tiene La Sinfónica y otros cuentos musicales (2013). Y, por último, en este apretado resumen de mis querencias literario-musicales, no podía faltar el joven culto y polifónico, escritor y hombre de radio Juan Carlos Garay, con su trabajo bellamente titulado La Nostalgia del Melómano (2019).

Gabo y el vallenato
Consignando brevemente lo anterior, hay que decir de entrada, que lo de Gabo es muy diferente, pero también, a su manera, hace relación a la literatura y la música en varios géneros; desde lo más popular hasta lo más clásico. Veamos.
La Vallenotología, en términos muy sencillos y sintéticos, sería el estudio y el conocimiento acerca de los géneros y estilos de la música popular colombiana conocida como Vallenato, o la música nativa del Valle de Upar y otras áreas de la región caribe colombiana. Incluyendo músicos, autores, compositores, grupos y orquestas, discografía y eventos, ya tradicionales. En esta temática, ya hay investigadores, especialistas, artistas, literatos, columnistas y periodistas, que hacen gala de conocimiento profundo al respecto. Gabriel García Márquez, el popular y cariñosamente conocido como Gabo (1927-2014) es un fiel representante de esta tradición.
En su obra cumbre Cien Años de Soledad (1967) se menciona precisamente el tema La Diosa Coronada de su amigo Leandro Díaz, uno de los juglares más importantes del género. Y el mismo autor dijo en más de una entrevista que la novela era un vallenato de 450 páginas; pues él siempre se refería al vallenato como prosa cantada y a la novela como música en larga prosa. En este magno trabajo aparece el origen mítico del vallenato y especialmente encarnado en la figura del primer juglar llamado Francisco El Hombre, quien derrota al Diablo en un histórico y folclórico duelo de acordeones y piquería. Este es reconocido, a la manera medieval, como un personaje que va de provincia en provincia, por toda la región dando noticias y razones por medio del canto y la música, y por eso es el
prohombre de la zaga de los pueblos vallenatos, mucho antes de llegar a Macondo.
Nuestro Nobel dijo que sus vallenatos preferidos eran La Gota Fría de Emiliano Zuleta, La Diosa Coronada de Leandro Díaz y la Elegía a Jaime Molina de Rafael Escalona. Y tenía preferencia por lo que él denominaba La Escuela Sabanera, por auténtica y ortodoxa. En sus famosos Textos Costeños, concretamente en artículos periodísticos publicados entre 1948 y 1951, se refirió a la música vallenata, a discos, autores y apreciaciones distintas. Más adelante, incluso habló del vallenato urbano, reconociendo la evolución orquestal y temática, de este género más que centenario.
Cuando nuestro clásico regresó a su natal Aracataca y a Valledupar en 1963, después de una larga ausencia, se celebró con sus amigos más queridos una tremenda tenida, lo que pasó a la historia folclórica como La Parranda del Siglo. La Versión Número 33 del Festival Vallenato en el año 2000, se realizó en homenaje al hijo ilustre de Aracataca; que se llevó a cabo en el tablado Francisco El Hombre de la Plaza Alfonso López de la ciudad de Valledupar, capital del Departamento del Cesar. Y cuando se murió el Nobel en la ciudad de México, aquí en Bogotá se hizo una ceremonia en la Catedral Primada, con una combinación ideal para el escritor que fue todo un melómano: La Misa de Réquiem en re menor de Mozart y La Casa en el Aire de su gran amigo Rafael Escalona.

Influencia de Béla Bartók
La novela El Otoño del Patriarca (1975), de reconocida novedad experimental en su estilo, puntuación y escritura, aunque con un tema político y tropical, muy dentro del llamado realismo mágico; fue considerada por él mismo, como un escrito bajo la influencia de la estructura musical del Concierto para piano Nro. 3 de su admirado compositor húngaro Béla Bartók. Y otros estudiosos así lo han denotado. Así como la música vallenata se nutre de las historias populares y familiares, Bartok ha admitido, producto de su investigación directa, que su música proviene de la música popular húngara; lo que consigno en su libro.

Escritos Sobre Música Popular (1979)
Me atrevo a consignar aquí la anécdota personal, que leí esta obra porque tanto Gabo como Cortázar me llevaron a conocer los famosos Cuartetos del húngaro. Y he ahí mi gusto por el nacionalismo en música clásica, hasta llegar a las Bachatas Brasileras de Héitor Villalobos; por supuesto donde combina a Bach con el aire nacional del Brasil.

Hay amores
Del Amor en los tiempos del Cólera (1985), quiero destacar que para su versión cinematográfica se hizo el magnífico bolero Hay Amores de Shakira y Antonio Pinto;
por supuesto que pasó el filtro del exigente García Márquez, y no solo porque la cantante fuera barranquillera y bella, sino por la ternura y la calidad de la voz. La historia de amor de esta novela, esta sucintamente consignada en esta bella pieza musical. A propósito, para mis modestas condiciones de melómano, en lo tocante al bolero, me atrevo a decir que los mejores boleros colombianos en voces femeninas son Te Busco de Matilde Diaz con la orquesta de Lucho Bermúdez o con la del mejicano Rafael de Paz, Verde Luna de la profesora antioqueña Ligia Mayo y por supuesto el de Shakira.

El tango
La pequeña novela y muy popular, tal vez por su título, Memoria de mis Putas Tristes (2004), se sabe que estuvo inspirada en La Casa de las Bellas Durmientes (1978) del escritor japonés Yasunari Kawabata; ambas con temas como el erotismo y la vejez. Aquí deseo destacar que el personaje central solía escuchar a Carlos Gardel, el mito del tango argentino; a Agustín Lara, el mito del bolero mejicano y a Claude Debussy, conocido representante del impresionismo francés; entre muchos otros gustos musicales de Gabo, que aparecen a través del oído del viejo de la novela en mención.

El bolero
Continuando con el bolero, hay que decir que el Nobel siempre, desde su juventud, fue amante de este género musical. también eminentemente latinoamericano y para los gustos del escritor, sobre todo antillano y mejicano. Muchas veces reconoció que el bigote que lucía en las fotografías donde aparece además con un cigarrillo en sus labios (“el pucho de la vida, apretado entre los labios”), era por su admiración al cantante Bienvenido Granda; justamente el llamado “El Bigote que Canta”, y parodiando esto, Gabo fue “El bigote que cuenta”. Además, en alguna entrevista confesó que recién llegado a París, tarareo y guitarreó boleros en las estaciones del metro, “cuando era feliz e indocumentado”.

Fue muy amigo del compositor, cantante y pianista mejicano, el gran Armando Manzanero. Al respecto contó en alguna oportunidad que entre ambos intentaron hacer boleros y no resultó positiva la odisea musical; aunque sabemos que García Márquez escribió bellos poemas románticos en hermosa caligrafía; pero esto no le bastó para ser un letrista de boleros; ese género tan delicado y conciso, que además es el “corruptor de mayores” como lo expresara el novelista mejicano Carlos Fuentes. Cuando acaeció la muerte de Manzanero, Gabo declaró a los medios que había fallecido “uno de los mejores poetas de América Latina”; frente a lo cual alborotó el avispero de los escritores y bardos latinos y españoles; lo que nos parece una sin razón; pues creemos humildemente que el bolero es también una bella y popular herencia de la poesía modernista que América le tributó a la lengua y a la música iberoamericana. El mismo intento como letrista de boleros lo hizo con su venerado amigo el cantante cubano Pablito Milanés como cariñosamente lo llamaba, artista insigne no solo de la Nueva Trova Cubana, sino del bolero; como lo atestigua su hermosa colección denominada Filin. Para el trabajo colectivo titulado Mi Querido Pablo, García Márquez hizo una linda y sintética introducción, en la cual valora demasiado la música de Pablito.

La guaracha
Mi querido San Daniel le hizo un tributo inmejorable, con la guaracha titulada El Hijo del Telegrafista, en la cual nos pasea por la mayoría de las obras del novelista costeño. Recordemos que él modestamente solo se hacía llamar uno de los tantos hijos del telegrafista de Aracataca. Alguna vez el insigne bolerista y guarachero Daniel Santos, le dejó un mensaje por teléfono al Nobel, diciéndole que quería que le colaborara en la escritura de sus memorias como cantante, y se despidió diciendo: “atentamente El Inquieto Anacobero”. Nunca se pudo realizar tal cometido.

Rubén Blades y Pedro Navajas
El libro Ojos de Perro Azul (1972) que constituye una colección de cuentos publicados en el periódico El Espectador, escritos entre 1947 y 1955, fue homenajeado con el mismo nombre en el trabajo de salsa del gran musico y cantante panameño Rubén Blades. Igualmente, este se inspiró en Monólogo de Isabel Viendo Llover en Macondo, para la pieza titulada Isabel, contenida en el disco Agua de Luna. Hace poco contó Blades que acerca de la relación entre salsa, cultura y literatura tertuliaban Gabo, los escritores mejicanos Carlos Fuentes y Carlos Monsiváis y por supuesto el salsero. Nuestro Nobel le decía al cantante de
Siembra: “Tú lo que eres es un cronista cantante, un cantador de historias, un periodista sonoro”. Por algo el canta-autor español Joaquín Sabina, confesó que Gabo “cambiaría Cien Años de Soledad por Pedro Navajas”, y también expresó en otra oportunidad, que él hubiera querido escribir la letra de esa crónica urbana.

Los Hispanos
Muchos otros cantantes, compositores y orquestas se han inspirado en la obra variada y profusa de nuestro novelista insigne. Una pequeña muestra es la siguiente: Me voy pa´ Macondo y Los Cien Años de Macando de Los Hispanos y Rodolfo Aicardi, un famoso chucuchuco que puso a bailar a toda Colombia, hubiese o no leído a Cien Años de Soledad. El disco Macondo de la orquesta venezolana Billo´s Caracas Boys. Soledad de Toto La Momposina, que la interpretó en la ceremonia de entrega del Nbel en Estocolmo (1982), donde además se sorprendió al mundo de la literatura y la cultura con toda una embajada de músicos y danzarines populares de lo mejor del folclor del caribe colombiano; ya que Gabo se ha reconocido ante el mundo como un intelectual que ha llevado por el orbe toda su identidad caribe; como otrora los autores mediterráneos de la Grecia Clásica de Homero. Canción para una Muerte Anunciada del famoso vallenatero Lizandro Mesa, parodiando al texto Crónica de una Muerte Anunciada (1981). Macondo Expres de la banda italiana Moderna City Rambles. El Corazón de Macondo del tenor colombiano Mateo Blanco.

Como persona que vivió y amó toda la cultura mejicana, estuvo muy influenciado por el bolero mejicano y la ranchera, hasta el punto de contar Joaquín Sabina, que cuando el novelista iba a España, las dos parejas solían tomarse sus tragos escuchando rancheras en el apartamento del cantautor. Para terminar con todo lo popular valga este artículo también como un homenaje al último gran juglar vallenato Adolfo Pacheco, el conocido autor de El Mochuelo, gran amigo de Gabo, que recientemente murió.

Admiro mucho que el gran periodista y prosista colombiano se haya cultivado inmensamente en toda la música clásica y no solo en los aires populares de Colombia y todo el Caribe, siendo una persona que nació sin discoteca y sin biblioteca, sino en una provincia caliente y polvorienta alejada de la capital de nuestro territorio. Con los años, así como leyó toda la novela universal, tenía un gusto especial por las enciclopedias y los diccionarios, así como escuchó toda la música clásica, convirtiéndose en un gran melómano y coleccionista. Sus fieles compañeros en esta última odisea sonora fueron sus entrañables amigos bogotanos, el poeta y novelista Álvaro Mutis; con quien nunca compartió su gusto por el vallenato y el bolero; pero si al máximo por sinfonías, cuartetos, sonatas y cantatas. La tripleta sonora la completaba Álvaro Castaño Castillo, nada menos que el fundador y director de la emisora HJCK “El mundo en Bogotá” o “una emisora para la inmensa minoría”; apelativos y slogan sonoros, que de por sí distinguen lo mejor del repertorio universal; el cual disfrutaban estos tres intelectuales.

Las tres B

Aún recuerdo cuando el escritor de la Hojarasca le dedicó todo un artículo en El Espectador (1980) al famoso pianista Paul Baduka Skoda. Y la también famosa y exclusiva declaración del escritor de La Mala Hora: “A mí lo que más me gusta son las tres B”; para referirse que se deleitaba en su orden con Beethoven, Bach, Brahms, Bartók y The Beatles; estos últimos que se los enseñaron a escuchar sus hijos. Muchos años después de dar a luz El coronel no Tiene Quien le Escriba diría que para calmar el miedo en sus largos viajes a Europa y otras partes del mundo, se acostumbró a escuchar las Nueve Sinfonías del genio alemán. Pero debo también confesar, que, aunque toda la vida me ha gustado Juan Sebastián Bach, el de las cantatas, oratorios, misas, contrapuntos, sinfonías y conciertos; fue Gracias a Gabo que me fui internando y entrenando en la audición de las Seis Suites para Chelo Solo, que son íntimas y profundas, y que las prefiero en la versión del chelista nipón Yo-Yo Ma. El autor de El Ahogado Más Famoso del Mundo, en sus cómicos y atrevimientos musicales, quería componer un Concierto para Triángulo y Orquesta, con el fin de reivindicar el modesto instrumento; ya que abundaban para violín, chelo, piano e incluso para contrabajo.

Son muchos los filósofos que le dan una primacía a la música por encima de la escritura. Valga apenas citar a Nietzsche, Wittgenstein, Teodoro Adorno y Ciorán, en medio de una constelación de pensadores y melómanos; colocando como la expresión sublime del logos y del ser a la música. Al respecto el Nobel, que no era ensayista, afirmaba que la música estaba por encima de los libros. Pero coloquialmente el novelista, cuentista y periodista, nuestro querido Gabo, parodiaba al escritor francés Albert Camus, cuando este expresaba palabras más palabras menos, cuando se inquiría ¿Qué es lo mejor en la vida? Y se respondía: Escuchar música. Y volvía a preguntarse: Pero ¿qué es lo mejor después de escuchar música?, para a continuación decir: Seguir hablando de música con los amigos.
En el centrogabo.org se consigue más material sobre la relación del escritor con la música, por ejemplo: la música en 14 reflexiones de Gabriel García Márquez; Gabriel García Márquez, el bolerista; el bolero en 7 frases de García Márquez, y la siguiente: Los libros de Ana Magdalena Bach, la protagonista de la última novela de García Márquez.

Redacción Centro Gabo 26 de Abril de 2024
En la trama de En agosto nos vemos, la novela póstuma de Gabriel García Márquez, la protagonista es una mujer. Su nombre es Ana Magdalena Bach, tiene cuarenta y seis años, y cada 16 de agosto viaja a una isla del Caribe para visitar la tumba de su madre. La historia se sitúa en los albores del siglo XXI y cuenta con un cúmulo de referencias que develan algunas obsesiones de su autor.
La música es quizá la más evidente de estas obsesiones. De hecho, en cada uno de los seis capítulos que componen el libro hay menciones explícitas a compositores, cantantes y piezas musicales que fascinaban a García Márquez y que a su vez son decisivas para el desarrollo de la narración (tal vez te puede interesar nuestro artículo “Así suena En agosto nos vemos”); sin mencionar que Ana Magdalena Bach posee el mismo nombre de la segunda esposa de Johann Sebastián Bach y que su padre, su esposo y su hijo son músicos de profesión.
Los títulos de obras literarias también tienen un papel especial en la novela. Aparecen de forma explícita en las manos de Ana Magdalena, casi siempre cuando se embarca en el transbordador rumbo a la isla donde reposan los restos de su madre. “Ella fue siempre una buena lectora. Le había faltado poco para terminar la carrera de Artes y Letras, y leyó con rigor lo que tenía que leer, y siguió leyendo lo que más le gustaba: novelas de amor de autores conocidos, y mejor cuanto más largas y desdichadas”, nos cuenta el narrador.

La lista de libros leídos por la protagonista de En agosto nos vemos está compuesta por clásicos de diversas épocas y best sellers, y coincide con obras que García Márquez elogió públicamente en entrevistas y notas de prensa. En el Centro Gabo hemos identificado estos textos:
Drácula. Bram Stoker
El lazarillo de Tormes. Anónimo
El viejo y el mar. Ernest Hemingway
El extranjero. Albert Camus
Antología de la literatura fantástica. J.L. Borges, A. Bioy Casares y Silvia Ocampo.
El día de los trífidos. John Wyndham
Crónicas marcianas. Ray Bradbury
El misterio del miedo. Graham Greene
Diario de la peste. Daniel Defoe

Disfrutar y aprender música en Caracas


Silla Reservada mantiene vivos sus encuentros musicales donde comunicarse, compartir y aprender son la base de una fraternidad fiel a un proyecto que nació hace casi 20 años

Apreciar música de calidad en buena compañía, es un privilegio. 

En especial, cuando esa experiencia la conduce alguien que disfruta al compartir su conocimiento y le suma entusiasmo, emoción y pasión. Este tipo de vivencias alrededor de la música fomenta el afecto y promueve los lazos de amistad.

Así pasó por casi una década, desde 2006, con el grupo dirigido por Leopoldo Márquez Muñoz-Tébar, conocido cariñosamente como Pololo.  

Amigos, aficionados y melómanos se reunían regularmente para aprender y disfrutar de los distintos géneros, estilos y formas musicales: ópera, sinfonía, coral, cámara, ballet, entre muchos otros, sin el requisito de conocimientos musicales previos. 

Con la desaparición física, en 2016, del profesor Pololo, el grupo del Espacio Suizo, lejos de dispersarse, quiso continuar funcionando, inspirado en el recuerdo y la disciplina de su fundador. Así nació el proyecto Silla Reservada.

Herencia con compromiso

“Decididos a cumplir la promesa que le hicimos en vida a Pololo de seguir activos y trascender, continuamos encontrándonos para escuchar y aprender de la música académica”, relata Mary Cruz Rodríguez, coordinadora de Silla Reservada.

Ella ha asumido al pie de la letra su compromiso con pasión y tesón, para seguir aprendiendo de excelentes y reconocidos músicos y profesores como Maríantonia Palacios, Gerardo Gerulewicz, Einar Goyo Ponte, entre otros. 

«Con el tiempo, se han ido sumando nuevos integrantes, hemos tenido distintas sedes y habilitado la alternativa para ver las clases a distancia, pero mantenemos intacto el propósito inicial», señala Mary Cruz Rodríguez.

Desde entonces, Silla Reservada ha logrado que este privilegiado grupo siga disfrutando de apreciar y de aprender sobre música, cumpliendo con una programación continua, variada e interesante, a cargo de reconocidos profesionales. 

Además, ha sabido sortear exitosamente los tiempos complicados de protestas, apagones, y cuarentena. “Nuestro espíritu musical ha seguido venciendo barreras”, comenta Rodríguez.

Encuentros reservados para aprender y disfrutar

Los encuentros que organiza Silla Reservada destacan por ser didácticos y a la vez amenos.  En ellos se exploran los elementos fundamentales de la música de una manera sencilla. De hecho, se caracterizan por ser reuniones de aprendizaje ideales para socializar, conversar, compartir y participar de una interesante agenda, con ciclos de clases, charlas y tertulias, dentro de un agradable espacio en Los Chorros.

Silla Reservada funciona bajo la coordinación de Mary Cruz Rodríguez, Luisa Devivo y el apoyo del ingeniero Francisco Yepez Tello, es una pausa de aprendizaje, comunicación y recreación que ocurre mensualmente en nuestra convulsa Caracas.


HAZcomunicaciones es una firma venezolana que ofrece servicios integrales de comunicación. Desde el manejo tradicional de prensa y relaciones públicas hasta mercadeo y comunicación a través de medios digitales, HAZ asesora empresas y emprendimientos de diferentes tamaños, a nivel nacional e internacional.

Nueva propuesta estética para conciertos en vivo

Lawrence Alma-Tadema (1826-1912), La siesta o Escena pompeyana, 1868 Óleo sobre lienzo, Museo Nacional del Prado, Madrid.

Todos hemos experimentado, en un concierto en vivo o escuchando en la casa, que al cerrar los ojos se agudiza el oído y se abren todos los matices sonoros y se perciben de manera más intensa todas las sensaciones que transmite la obra o un pasaje en particular.
En esta época caracterizada por el incremento de la información audiovisual y digital de la música ha llevado a la Fundación Juan March a replantearse radicalmente la forma de presentar sus conciertos, pasando de la convencional escucha, atenta y silenciosa, en un escenario bien iluminado, a repensarlo para de promover una perspectiva estética diferente.
«El ciclo de conciertos Cerrar los ojos modifica radicalmente la iluminación asociada al concierto clásico, proponiendo un nuevo espectro visual que va desde la penumbra hasta la oscuridad, pasando el espectro por las sombras: de este modo, el sentido del oído se agudiza y todo un mundo de matices sonoros tradicionalmente eclipsados por la luz emergen inesperadamente con consecuencias sorprendentes». Un reto, tanto para el oyente habituado al formato clásico como para el equipo técnico y artístico que tienen que explorar y transitar por las salas de la Fundación.

Selección bibliográfica
Walter Benjamin, La obra de arte en la época de su reproducibilidad técnica (1935), en Discursos interrumpidos I, trad.de Jesús Aguirre, Buenos Aires, Taurus,1989, pp. 15- 58.

Daniel Morat, The Sound of a New Era: On the Transformation of Auditory and Urban Experience in the Long Fin de Siècle, 1880-1930, International Journal for History, Culture and Modernity, nº 7 (2019), pp. 591-609.

Hyun Joon Shim, Geurim Go, Heirim Lee, Sung Won Choi y Jong Ho Won, Influence of Visual Deprivation on Auditory Spectral Resolution, Temporal Resolution and Speech Perception, Frontiers in Neuroscience, vol. 13 (2019).

Christian Thorau y Hansjakob Ziemer (eds.), The Oxford Handbook of Music Listening in the 19th and 20th Centuries, Oxford y Nueva York, Oxford University Press, 2019. Martin Tröndle (ed.), Classical Concert Studies. A Companion to Contemporary Research and Performance, Nueva York, Routledge, 2021.

Obra: Lawrence Alma-Tadema (1826-1912), La siesta o Escena pompeyana, 1868
Óleo sobre lienzo, Museo Nacional del Prado, Madrid.

Cuatro obras maestras de la música

Las actividades de la Fundación Juan March constituyen valiosos recursos culturales que abarcan un amplio espectro, siempre disponibles en su red.

En esta oportunidad entregamos la  información sobre el ciclo ¨Cuatro obras maestras de la historia de la música¨ celebrado entre el 9 y el 18 de abril 2024, y en el cual se analizaron algunos de los rasgos que explican la grandeza de cuatro obras consideradas como cumbres artísticas del periodo nuclear del canón musical. Escritas por Handel, Bach, Mozart y Beethoven, fueron concebidas en un período de apenas ocho décadas, entre 1741 y 1824. Cada conferencia muestra las claves de la obra analizada, señalando algunos de los rasgos que explican su singularidad, ejemplificados con fragmentos interpretados en vivo.

  • El Mesías de Handel

José María Domínguez – 09 abril 2024

Manon Chauvin, soprano. Victoria Cassano, mezzosoprano. André Pérez Muíño, tenor. Víctor Cruz, barítono. Anthony Romaniuk, órgano y clave

En la primera conferencia del ciclo “Cuatro obras maestras de la historia de la música”, el profesor del Departamento de Musicología de la Universidad Complutense de Madrid José María Domínguez, aborda una de las obras paradigmáticas del oratorio barroco, El Mesías (1741) de Georg Friedrich Handel (1685-1759), estrenada en 1742 en el Great Music Hall de Dublín. Esta sesión intercala ilustraciones musicales en vivo interpretadas por un cuarteto de voces, un órgano y un clave.

  • La Misa en Si menor de Bach: final de trayecto

Luis Gago – 11 de abril 2024

Manon Chauvin, soprano. Victoria Cassano, mezzosoprano. André Pérez Muíño, tenor. Víctor Cruz, barítono. Jorge López-Escribano, órgano

En la segunda conferencia del ciclo “Cuatro obras maestras de la historia de la música”, el musicólogo, crítico musical y traductor Luis Gago explica la última etapa de Johan Sebastian Bach (1685-1750) desde una de sus composiciones finales, La Misa en Si menor, no interpretada en su totalidad hasta 1835, una obra católica de un compositor luterano que suscita un sinfín de interrogantes. Esta sesión intercala ilustraciones musicales en vivo interpretadas por un cuarteto de voces y un órgano.

Resumen de la intervención

El último Bach suscita un sinfín de interrogantes, ya que cambió por completo sus costumbres compositivas de las décadas anteriores. También disminuyó considerablemente su productividad y decidió reciclar música anterior para adaptarla a nuevos contextos. La Misa en Si menor, una música católica de un compositor luterano, multiplica los interrogantes, para los que se aventurarán algunas posibles respuestas.

Bibliografía recomendada

• John Eliot Gardiner, La música en el castillo del cielo. Un retrato de Johann Sebastian Bach, trad. de Luis Gago, Acantilado: Barcelona, 2015.

• Paul Hindemith, Johann Sebastian Bach. Una herencia obligatoria, trad. de Luis Gago, Tres Hermanas: Madrid, 2020.

• Hans-Joachim Schulze, Johann Sebastian Bach. Documentos sobre su vida y su obra,trad. de Juan José Carreras, Alianza: Madrid 2001.

• Christoph Wolff, Johann Sebastian Bach. The Learned Musician, Norton: Nueva York, 2000.

  • Paradojas del Réquiem de Mozart: la ópera en el templo

Miguel Ángel Marín – 16 de abril 2024

Cuarteto Seikilos. Iván Görnemann y Pablo Quintanilla, violines. Adrián Vázquez, viola. Lorenzo Meseguer, violonchelo.

En la tercera conferencia del ciclo “Cuatro obras maestras de la historia de la música”, el catedrático de Música y director del programa de Música de la Fundación Juan March Miguel Ángel Marín presenta el Réquiem de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), estrenado en Viena a los pocos meses después de su muerte, preguntándose por las paradojas que esconde: desde su autoría, hasta su programación como obra profana – a pesar de tratarse de una misa de difuntos – y sus influencias de la ópera italiana. Esta sesión intercala ilustraciones musicales en vivo en arreglo para cuarteto de cuerda.

Resumen de la intervención

El Réquiem de Wolfgang Amadeus Mozart está considerado como una de las obras maestras de la historia de la música universal. Compuesto en 1791, en los últimos meses de su vida, el Réquiem condensa la maestría de un genio en su etapa de madurez, al tiempo que culmina años de experiencia en el ámbito de la música religiosa. La singular combinación de solemnidad del texto litúrgico e intensa expresión emocional cautivó a todos los oyentes desde el mismo momento de su estreno pocos meses después de su muerte. Desde entonces, su influencia y admiración no han parado de crecer.

Esta conferencia aspira, en primer lugar, a presentar una guía de escucha q ue sirva para entender mejor algunos aspectos de esta fascinante obra. El Réquiem encierra, al menos, tres paradojas que se analizarán en esta conferencia: a) pese a ser una obra inconclusa terminada por uno de sus discípulos, la autoría mozartiana apenas ha sido cuestionada; b) pese a ser una misa de difuntos destinada a la iglesia, pronto comenzó a programarse como una obra profana en la sala de conciertos; c) pese a ser una composición en latín, muestra elementos propios de la ópera italiana. El acompañamiento en esta conferencia de intervenciones musicales en vivo (en arreglo para cuarteto de cuerda) servirá para desvelar in situ algunos de los secretos de una obra que trasciende las barreras del tiempo y la cultura y conecta con las emociones más profundas del ser humano frente a la vida y la muerte.

Bibliografía recomendada

• Balcells, P. A., Autorretrato de Mozart a través de su correspondencia, Barcelona: Acantilado, 2000.

• Carreras, J. J. (ed.), La música en España en el siglo XIX. Historia de la Música en España e Hispanoamérica, vol. 5, Madrid, Fondo de Cultura Económica, 2018.

• Leza, J. M. (ed.), La música en España en el siglo XVIII. Historia de la Música en España e Hispanoamérica, vol. 4, Madrid, Fondo de Cultura Económica, 2014.

• Keefe, S. P., Mozart’s Requiem. Reception, Work, Completion, Cambridge University Press: Cambridge, 2012.

• Marín, M. A., El “Réquiem” de Mozart. Una historia cultural, Barcelona: Acantilado, 2024.

• Wolff, C., Mozart’s Requiem. Historical and Analytical Studies – Document – Score,  (original de 1991).

•—–, Mozart en el umbral de su plenitud, trad. Ramón Andrés, Barcelona: Acantilado, 2018.

  • Novena de Beethoven: el abrazo que no cesa

Irene de Juan –   18 de abril 2024

Raquel Lojendio, soprano. Sandra Ferrández, mezzosoprano. David Alegret, tenor. César San Martín, barítono. Karina Azizova, piano

Coro de la Comunidad de Madrid Josep Vila, dirección

En la cuarta conferencia del ciclo “Cuatro obras maestras de la historia de la música”, la pianista y musicóloga Irene de Juan explora el contenido y la forma de la Novena sinfonía de Ludwig van Beethoven (1770-1827), estrenada en 1824 en el Kärntnertortheater de Viena, una obra de madurez del compositor que va más allá de lo estético para penetrar en lo humano, culminando el camino hacia la integración del significado musical en el género sinfónico. Esta sesión intercala ilustraciones musicales en vivo interpretadas por un coro y un piano.

Resumen de la intervención

Desde su época hasta nuestros días buena parte de la música compuesta por Ludwig van Beethoven ha sido recibida como una música con mensaje, con un ideario implícito que sugiere al espectador un compromiso con la obra, que va más allá de lo estético para penetrar en lo personal o lo ideológico. El tratamiento dramático y narrativo de sinfonías como la Tercera o la Quinta, unido a la intensificación expresiva de su mensaje con el heroísmo de trasfondo propician que la música abandone su lugar de arte para el deleite y se convierta en algo que demanda del oyente una participación como sujeto activo. Todo ello influye para que nos tomemos la música de Beethoven como un asunto personal, como algo que nos impele a nivel humano y no sólo en el plano estético. La Novena sinfonía culmina ese camino hacia la integración del significado musical en el género sinfónico.

La célebre adaptación de la Oda de Schiller integra la voz solista y coral en el abanico tímbrico y facilita la yuxtaposición de estilos musicales propios de la iglesia, la taberna y el desfile militar en un microcosmos poético-musical destinado a la sala de conciertos. Toda la humanidad tiene cabida en semejante mixtura, un abrazo universal del que se ha hecho quimera y bandera, convirtiéndose en el eslogan de múltiples instituciones, hechos políticos e ideologías. Pero no hay que confundir la recepción de la Novena con la obra en sí, y a ella estará dedicada esta conferencia, a explorar su contenido y su forma desde el prisma de su compositor, ya mayor y descreído, pero aún seguidor de la máxima schilleriana del ser humano que se perfecciona gracias a la cultura. Doscientos años después, seguimos aprendiendo. La Novena se yergue como un faro iluminando nuestro presente con su utopía.

Ludwig Van Beethoven 

Bibliografía recomendada

• Bonds, M. E., La música como pensamiento: el público y la música instrumental en la época de Beethoven, Acantilado: Barcelona, 2014.

• Buch, E., La novena de Beethoven: historia política del himno europeo, Acantilado: Barcelona, 2001.

• Furtwängler, W., Conversaciones sobre música, Acantilado: Barcelona, 2011.

• Kinderman, W., Beethoven, Oxford University Press (OUP): Nueva York, 2005.

• Loockwood, L., Beethoven: the music and the life, Norton: Nueva York, 2003.

• Turner:  Massin, B. y Massin, J., Ludwig van Beethoven, Turner: Madrid, 2004

Primer Festival Mundial de la Guitarra

El sábado 13 de abril de 2024, asistimos a la final del 1er. Festival Internacional de la Guitarra concebido y dirigido por el guitarrista, compositor, musicólogo y educador José Antonio López. El acto se celebró en el Teatro Yágüez, en Mayagüez.

El carácter internacional fue la presencia de artistas y constructores de guitarra internacionalmente reconocidos, quienes en los días previos a la final, compartieron un simposio, encuentros y conversatorios en el Anfiteatro Figueroa Chapel de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Mayagüez: La guitarra: El misterio del sonido y afinación, a cargo del luthier de renombre internacional Otto Vowinkell – Amsterdam -, y el interesante encuentro Paracho: Capital Mundial de la guitarra, con el luthier mexicano Gerardo Escobedo.

Paralelamente, en el Concurso Nacional de la Guitarra participaron 32 estudiantes boricuas en las categorías de 12-15 años y 16 a 18 años. Los finalistas ofrecieron un concierto con obras de autores clásicos y populares transcritas o escritas para la guitarra.
Complementó la participación de los finalistas, el concierto Degustación de Guitarras por el maestro Iván Rijos, quien toco las guitarras de los luthieres presentes en el festival. El maestro hizo interesantísimos comentarios sobre cada una de ellas.

El maestro Iván Rijos -Puerto Rico- se ha desempeñado como catedrático de guitarra en la Universidad de Puerto Rico y en los conservatorios de Boston, Maryland y Arizona. Es un virtuoso cuya experiencia y peritaje los ha desarrollado con mentores como Andrés Segovia, Leo Brower, Carlos Barbosa-Lima, Leonardo Egúrbida, Juan Sorroche y Manuel Barrueco.
Multipremiado, ha sido primer lugar en festivales de guitarra en Tucson, Arizona; Alcoy, España; La Habana, Cuba; Nueva York, Estados Unidos y San Juan, Puerto Rico.
El jurado internacional estuvo constituido por la reconocida guitarrista Esther Steenbergen, del Amsterdam Guitar Trio, y Meng Su y Yameng Wang del Beijing Guitar Duo.

El Festival concluyó con intervención de un dúo excepcional : El guitarrista Sergio Assad -Brasil- y el maestro argentino del bandoneón, Richard Scofano. Los asistentes al teatro Yágüez se conmovieron al escuchar como clausura del festival, el arreglo para guitarra y bandoneón del Lamento borincano – 1929 – del compositor puertorriqueño Rafael Hernández Marín (Aguadilla, 1891- San Juan, 1965).

Paracho fue designado Pueblo Mágico en 2020.
El Pueblo Mágico de Paracho de Verduzco, conocido como la Capital Mundial de la Guitarra, es un municipio localizado en la meseta purépecha de Michoacán, que también destaca por sus calles típicas y construcciones de la época colonial; “la construcción de la guitarra va más allá de un trabajo artesanal, pues en realidad un 98 por ciento recae en las leyes de física, acústica, vibración, afinación.”

De izquierda a derecha los luthiers Gerardo Escobedo (México),Otto Vowinkell (Holanda) y Edwin Aponte (Cayey, Puerto Rico).

Aproximación a recuerdos de la Apreciación musical en Caracas


A mis compañeros y maestros en este viaje de conocimiento y disfrute de la música.

Ítaca te brindo tan hermoso viaje / sin ella no habría podido emprender el camino.
Ítaca, poema de Constantino Kavafis

Sea oportuno cerrar el año 2023 con un recuerdo del ambiente que en Caracas propició nuestra formación como apreciadores del arte, la música clásica, la danza, el cine, la literatura, etc.

De antemano pedimos disculpas por algún olvido, pues las menciones se producen sin pretensiones de jerarquizarlas. Invitamos a los lectores a colaborar con sus propias experiencias.

Como contamos en entregas previas, nuestra formación fue casi autodidacta, escuchando en la radio venezolana Fantasías Dominicales de Reynaldo Espinoza Hernández. El Canal Clásico de Radio Nacional de Venezuela, Radio Capital y viendo en Radio Caracas Televisión (RCTV) a Eladio Lares e Isabel Palacios.

Cuando se introduce la televisión por cable, los programas de Film&Arts y Televisión Española (TVE) – en especial, los programas divulgativos de Ramón Gener -. Estas audiciones se complementaban con las lecturas en la Biblioteca Nacional.

Siempre pendiente de asistir a los diferentes conciertos, conferencias y cursos de los Amigos del Teatro Teresa Carreño, Fundación Mozarteum, Hacienda La Vega en Montalbán, La Camerata Barroca y la Camerata Renacentista de Caracas, Grupo Verdiano de Caracas, Wagnerianos de Caracas con Anita Vivanco, Giuseppe Tulli y Eduardo Chibás; Leopoldo Márquez Muñoz-Tébar (Fundación Espacio Suizo, Fundación Amigos de la Música de Chacao, Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos – CELARG – y Teatro Teresa Carreño).

Las charlas del profesor Daniel Salas, el curso de la profesora Valentina Marulanda en la UCV y música de cámara con el ingeniero Andrés Steiner.

Devorábamos las crónicas musicales de la prensa, como las de Rhazes Hernández López, entre otros; para contrastar su apreciaciones de un concierto con las nuestras. Siempre tuvimos el sueño de convertirnos en cronista musical.

En Radio Nacional de Venezuela, los programas de Maria Teresa Weissacher, Ópera dominical de José Ignacio Cabrujas; cuyo rescate es una tarea pendiente, Tesoros del archivo con Rafael Sylva Moreno, y uno muy especial sobre música de cámara con el cellista belga André Poulet.
En Radio Capital, Temas con Variaciones del maestro Corrado Galzio que aún se transmite con la conducción del prof. Einar Goyo Ponte.

José Pisano, gerente de la Sala La Previsora, fue clave en la formación de un grupo de amantes de la ópera en ocasión de la película Farinelli. La primera ópera que estudiamos bajo la tutoría del cultísimo Xavier Reyes Matheus fue La Bohème.

Periódicamente, celebramos encuentros en el apartamento de Alida, Irene Zilianti y Rodolfo Araujo. En alguna que otra ocasión, donde Jorge Chevasco. Con todos los altibajos de la diáspora, el grupo mantiene comunicación.
Igualmente se mantiene la comunicación con los asistentes a los cursos de Pololo y de Silla Reservada.
Con Pololo compartímos comentarios sobre la Cantata Dominical del Prof. Mario Videla y Como escuchar un concierto de Jorge D’ Urbano.

Por motivos de transporte, no pudimos asistir a las conferencias que dictó el arquitecto Enrique Berrizbeitia, ya fallecido, en el Teatro Trasnocho .
Más recientemente y en pleno exilio, gracias a la generosidad de Mary Cruz Rodríguez, quien ha continuado con la labor de Pololo en la producción de talleres de apreciación musical y encuentros musicales a través de Silla Reservada, hemos asistido en diferido a las diferentes clases dictadas por los profesores Mariantonia Palacios, Gerardo Gerulewicz, Oscar Mago y Einar Goyo Ponte.
Mi agradecimiento a otras personas que contribuyeron a mi formación: Antonieta Mantilla y los hermanos Núñez, maestros en el Grupo Escolar Francisco Pimentel. Luis Britto García -mis primeras audiciones de Mahler y Prokofiev – y Beatriz Den Is de Brito, mi profesora de literatura en el liceo.

Mis condiscípulos en el Liceo Rafael Urdaneta, Soledad Bravo y el estudiante de violín Gerardo Requiz, con quien asistí a mis primeros conciertos en el Teatro Municipal. A Luis Fuentes, con quien disfruté los ensayos de la Sinfónica en el Aula Magna y me presentó al pintor Claudio Cedeño.
Antonio Loffiego compañero de estudios en la universidad. Mi profesor Celso Fortoul Padrón, Leonardo Solórzano, gran conocedor de ópera y con un extraordinario sentido del humor, Alida Pinto, Omar Moncada, Rodolfo Araujo (in memoriam), Tamara Shangn y a todos aquellos que en los diferentes cursos y grupos han interactuado conmigo, gracias.

A las librerías, las discotiendas y especialmente, a los libreros del pasillo de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Central de Venezuela.
Que esta nota y otras del blog sirvan para que algún tesista se anime a escribir la historia de la apreciación musical en Venezuela.

Fuentes literarias de Verdi

Fotografía de Hans Hansen

Como complemento a los exitosos talleres Descubre la Ópera: para amarla y no morir en el intento, dictado por el profesor Einar Goyo Ponte para Silla Reservada, consideramos importante contribuir con la reseña de una serie de 11 programas en las que Arturo Reverter en la programación de verano de Ars Canendi del Canal Clásico de Radio Nacional de España estudia con detalle las fuentes literarias a las que recurrió Verdi a la hora de construir sus 28 óperas (incluyendo reformas y nuevas versiones), analizando los procesos creativos y sus consecuencias musicales. Queda abierta la invitación.
Nos queda la incógnita de conocer como hubiera sido la versión de Verdi de El rey Lear.

16/7 Presupuestos generales. Guía de lecturas
Presupuestos generales. Guía de lecturas. Primeros frutos: Un giorno di regno. Felice Romani. Alexandre Pineux-Duval. Escuchamos el final de esta segunda ópera verdiana en la versión dirigida por Lamberto Gardelli. Entramos en el estudio de Nabucco, sus circunstancias, su creación y su música. Noticia de los autores de la narración original y de su libretista, Temístocles Solera. Aniceto Bourgeois, F. Cornue. María Callas canta el recitativo y aria de Abigaille. De I Lombardi ofrecemos el aria La mía Letizia infondere por Franco Corelli. Tommaso Grossi.
Segunda versión de I Lombardi: Jerusalem. Royer y Vaëz. C. Bassi. Final de la ópera.

23/7 I due Foscari
Hablamos hoy de I due Foscari y escuchamos el aria del barítono, Questa dunque è l’iniqua mercede, cantada por Gian Giacomo Guelfi; de Alzira, de su fuente literaria (Voltaire), ilustrada por el conjunto Un inca capitaneado por Plácido Domingo. Después, Nicolai Ghiaurov nos levanta del asiento en el aria y cabaletta de Attila basada en Attilla König der Hunen de Zacharias Werner, de quien damos noticia. Hablamos de Lord Byron y de la ópera Il Corsaro, de la que escuchamos el final en las voces de Carreras, Caballé y Norman. Cerramos con La battaglia di Legnano en la voz de Leyla Gencer. Y comentamos aspectos de la fuente original, La bataille de Toulouse de Joseph Méry, futuro libretista de Don Carlo.

30/7 Stiffelio
Abrimos con la obertura y el final de Stiffelio y damos datos acerca de los autores de la obra literaria original escrita por Émile Souvestre y Eugène Bourgeois, L’Évangeli et Le Foyer. Nicola Luisotti nos ofrece la obertura y dirige el concertante final. Es el turno de Les Vépres Siciliennes, que recrea el texto original de Eugène Scribe y el libreto de él mismo y de Charles Duveyrier. Seguimos la obertura dirigida por Erich Kleiber y el dúo de Monfort y Arrigo (padre e hijo) en las voces de Gian Giacomo Guelfi y Mario Filippeschi. De la misma ópera el bajo Gottlob Frick ofrece una curiosa interpretación en alemán del aria O tu, Palermo (O mein Palermo). Cerramos la presencia de esta ópera parisina con la interpretación de Maria Callas del bolero Mercè, dilette, amiche.

6/8 Un ballo in maschera
Centramos nuestro estudio de hoy en la ópera Un ballo in maschera y escuchamos, tras la obertura a las órdenes de Solti, un fragmento de Il Regente de Mercadante, basada en la misma obra de Scribe. De este damos algunos apuntes biográficos. También hablamos de Bonaventura Somma, autor del libreto verdiano. Pasamos al título del de Busseto y seguimos la interpretación de Bastianini del aria Eri tu.
A continuación, escuchamos el trío entre Riccardo, Amelia y Ulrica y el final del afrancesado acto I. Es el turno de Jussi Björling y Zinka Milanov, que cantan el amoroso dúo Amelia-Riccardo en un registro del Met de 1940. Es Beniamino Gigli el protagonista de la versión de 1943 dirigida por Serafin del final de la ópera.

13/8 Ernani y Rigoletto
Centramos el discurso en Ernani y Rigoletto, dos óperas basadas en obras de Victor Hugo, y abrimos con el comienzo del Preludio de aquella. Estudiamos las figuras del literato francés y del prolífico libretista Francesco Piave. Enseguida escuchamos a Fernando de Lucia en el aria de salida de Ernani y lo cotejamos con Franco Corelli. Giuseppe Taddei da una lección en el aria Oh, de Verd’anni miei.
Cerramos Ernani con el grandioso concertante O sommo Carlo. Es el turno de Rigoletto, ópera analizada en profundidad en el programa Ars canendi. Chailly nos ofrece el Preludio y la aparición de Monterone, con Natali de Carolis y Leo Nucci. ¡El noble reaparece más adelante y da ocasión al jorobado a cantar la famosa Vendetta!. Cerramos con el maravilloso dúo final entre Rigoletto y su hija con las voces de Nucci y de June Anderson.

20/8 La Traviata
Dedicamos el programa a las vicisitudes del estreno de La traviata y hablamos largo y tendido de Alejandro Dumas hijo y su Dama de las camelias, así como de las características musicales de la ópera y su contenido dramático; con especial dedicación al personaje de la heroína. Escuchamos parte del Preludio y el comienzo del primer acto en la versión de Riccardo Muti y las huestes de La Scala y las voces de Tiziana Fabbricini y Roberto Alagna. Luego el primer dúo Violetta-Alfredo con Tito Schipa y Amelita Galli-Curci. ¡Después Ah fors’e lui por Renata Tebaldi y Sempre libera! por Renata Scotto. ¡Y el Amami, Alfredo! por Maria Callas. Seguimos con un fragmento del dúo con Germont con Callas y Bastianini, el Preludio del tercer acto, con Mehta y el Maggio Muisicale y la lectura de la carta del padre de Alfredo y Addio del passatto en la voz de la gran Magda Olivero.

27/8 El trovador y Simon Boccanegra
Nos metemos de hoz y coz en El trovador y Simon Boccanegra y hablamos de las obras originales de García Gutiérrez sobre las que se basan los libretos de Il trovatore y Simon Boccanegra a los que puso música y dio lustre Verdi.
Escuchamos el Preludio de la primera ópera y el terceto entre Leonora, Manrico y el Conde de Luna. Cantan en Salzburgo (1962) a las órdenes de Karajan Leontyne Price, Franco Corelli y Ettore Bastianini. Seguimos con el Misere en la versión de Mehta, con la misma soprano y Plácido Domingo (1970). Pasamos a Simon Boccanegra y escuchamos el final del Prólogo y la monumental escena del Consejo con Cappuccilli, Freni, Carreras, Ghiaurov y Van Dam y las huestes de La Scala al mando de Abbado. Pasamos al Duque de Rivas y su Don Álvaro o la fuerza del sino, adaptada por Verdi con el título de La forza del destino. Escuchamos para finalizar el programa el dúo Solenne in quest’ora entre Álvaro y Carlo por Franco Corelli y Anselmo Colzani.

3/9 Verdi y el Duque de Rivas
Seguimos con las relaciones entre Verdi y el Duque de Rivas y comentamos la visita del compositor a Madrid en 1863 para estrenar en el Real La forza del destino y relatamos la famosa anécdota de su desplante a Barbieri y la posterior venganza de éste. Escuchamos la gran aria de Leonora en la voz de Eileen Farrell, soprano lírico-spinto de altura. Y aterrizamos en la obra literaria de Schiller, base de cuatro óperas.
De Giovanna d’Arco radiamos el concertante final con Tebaldi, Bergonzi y Panerai. De I masnadieri seguimos la interpretación de una de sus mejores arias por Bergonzi. Y de Luisa Miller ponemos la dramática obertura dirigida por Mario Rossi. Abrimos el inicio de la ópera y, para cerrar, asistimos a una impresionante interpretación del aria de Rodolfo por Aureliano Pertile.

10/9 Don Carlo
El programa está dedicado en su totalidad a Don Carlo, cuarta ópera verdiana sobre sujeto literario de Schiller. Iniciamos la andadura con el tema de las trompas que será la base de varios fragmentos de la obra. Enseguida el dúo de Fontainebleau del original primer acto por Karita Mattila y Roberto Alagna bajo la batuta de Pappano. Seguimos con el segundo dúo de los dos personajes con Renata Tebaldi y Carlo Bergonzi, con Solti en el foso, y abrimos el telón de nuevo para asistir al espectacular Auto de fe, asimismo al cuidado de Solti. Luego Cesare Siepi nos ofrece su versión de la gran aria de Filippo acompañado por Karajan (Salzburgo, 1958). Un breve fragmento del dúo con el Gran Inquisidor con Ghiaurov y Talvela nos lleva al final de la ópera, con la parte postrera del último dúo Elisabetta-Carlo y la fantasmal aparición de Carlos V. Solti como maestros deceremonias.

17/09 Aida
Hablamos en primer lugar de Aida y de su trabajosa elaboración. Tras la escucha del Preludio en la exquisita interpretación de Muti, pasamos al final del glorioso gran concertato del acto II, en el que, bajo la dirección del mismo maestro, cantan Caballé, Domingo, Cossotto, Cappucilli, Ghiaurov y Roni. Total, nada. Cerramos con la escena final de a ópera en la añeja y al tiempo maravillosa interpretación de Rosa Ponselle y Giovanni Martinelli (1926). Y nos metemos a continuación, por fin, en terreno shakespeareano con Macbeth, ópera de juventud y casi una obra maestra. Escuchamos su comienzo, con la presencia de las brujas, descritas de forma un tanto infantil pero eficaz. Dirige Wolfgang Sawallisch en Salzburgo. Luego asistimos a un buen fragmento de la Escena de las apariciones del tercer acto en la versión dirigida por Victor de Sabata en La Scala (1952). Canta Enzo Mascherini al que se une Maria Callas en el cierre.

24/9 Otello y Falstaff
Cerramos esta serie de programas, en la se han apuntado de manera un tanto apresurada los rasgos esenciales y las bases literarias de las óperas de Verdi, con un somero examen de las dos últimas obras líricas del compositor: Otello y Falstaff.
Escuchamos, tras los pertinentes comentarios literarios, el comienzo de la primera en la impetuosa interpretación de Riccardo Muti al frente del Coro y la Sinfónica de Chicago. Sin solución de continuidad Otello, en este caso Aleksandrs Antonenko, ¡entona el bravo Esultate! Lo repetimos en la voz de Mario del Monaco. Cerramos el espacio dedicado a esta ópera con el Concertato del tercer acto, que culmina con el ataque de epilepsia del Moro. Y abrimos la ventana de Falstaff dando paso el concertante que culmina su primer acto en la versión de Karajan. Luego los compases postreros del segundo, con el lanzamiento de la cesta donde se encuentra el gordinflón al Támesis en la interpretación dirigida por Abbado.

Enseguida la aparición de la Reina de las hadas cantada muy bien por Dorothea Roschmann y, como remate lógico, la fuga que pone broche de oro a la ópera en la histórica interpretación de Toscanini. Cerramos el espacio dedicado a esta ópera con el Concertato del tercer acto, que culmina con el ataque de epilepsia del Moro.
Y abrimos la ventana de Falstaff dando paso el concertante que culmina su primer acto en la versión de Karajan. Luego los compases postreros del segundo, con el lanzamiento de la cesta donde se encuentra el gordinflón al Támesis en la interpretación dirigida por Abbado. Enseguida la aparición de la Reina de las hadas cantada muy bien por Dorothea Roschmann y, como remate lógico, la fuga que pone broche de oro a la ópera en la histórica interpretación de Toscanini.

Ballet en Mayagüez


No tienes que saber de ballet para disfrutarlo, todo lo que tienes que hacer es mirarlo.
Edwin Denby

El baile es la música hecha visible.
George Balanchine

El baile puede revelar todo el misterio que la música concede.
Charles Baudelaire

El 28 de febrero 2023 la Compañía Ballet Capital Oeste ¹ se presentó en el Recinto Universitario de Mayagüez, con algunos de los mejores “Pas De Deux” ² del repertorio nacional e internacional, interpretados por las primeras figuras de la danza en el oeste del país junto a artistas independientes ³. Fue nuestra segunda función de ballet, porque el pasado 11 de diciembre disfrutamos El Cascanueces, en el Teatro Yágüez, en la coreografía de la Escuela Mayagüezana de Ballet. Ambas representaciones con audio grabado.

En el ballet, la coreografía, la música y los movimientos del cuerpo, sin dejar duda son insustituibles comunicadores de sentimientos y emociones⁴.

Notas

  1. Como acogido en Mayagüez, me identifico plenamente con el orgullo que expresan los mayagüezanos, en particular, y de todos los puertorriqueños, de serlos.
  1. En un ballet, el “pas de deux” casi siempre es el momento dramático y a la vez lírico en que se produce el nudo o el desenlace de la acción, o el juego del amor y de la muerte, que es la base de toda dramaturgia. El «dúo» como prefieren llamarlo los coreógrafos contemporáneos alcanza el punto culminante y nos dirige hacia el desenlace.

    En ballet, el paso a dos es aquel que es realizado conjuntamente por dos personas. Usualmente consiste en una entrée (entrada de la pareja), adagio, dos variaciones (una para cada bailarín, por lo general es un allegro), y una coda. En el paso a dos pueden ejecutarse una gran variedad de pasos de pareja, siendo los más tradicionales:

    Promenade (paseo): la bailarina se mantiene en punta en una posición sobre una sola pierna mientras el bailarín la sostiene, por la mano o por la cintura, mientras camina alrededor de ella y la gira sobre su eje.

Pirouettes (giros): mientras la bailarina hace pirouettes sobre una sola pierna, el bailarín la estabiliza y le da impulso para que pueda lograr mayor cantidad de vueltas.

Portée (levantada): el bailarín levanta en peso a la bailarina.

En el arte del Pas de deux, dos grandes intérpretes del ballet académico, autores del libro Experiencing the Art of Pas de Deux (University Press of Florida, 2016), Jennifer Kronenberg y Carlos Guerra, entregan una lista comentada de sus favoritos.

  • La Bella Durmiente – Acto 3 Grand Pas de Deux
  • Pas de Deux del Cisne Blanco en El Lago de los Cisnes
  • Pas de Deux del Cisne Negro en El Lago de los Cisnes
  • La Sonámbula – Pas de Deux de la sonámbula y el poeta
  • Joyas – Pas de Deux de “Diamantes”, su tercer movimiento
  • Romeo y Julieta – Acto 1 Pas de Deux del balcón
  • Spartaco y Frigia. Adagio del ballet Spartaco de Aram Kachaturian
  • El Parque – Pas de Deux Abandono
  • Apollo and Daphne. Música de Arvo Pärt y coreografía de Ben Needham-Wood
  • P. Tchaikovsky – Pas de Deux (‘The Nutcracker’)
  • Grand pas de deux de Don Quijote
  • La sonámbula. Pas de deux de la sonámbula y el poeta
  • Giselle. Pas de deux Acto II


Sheherazade es un ballet en un acto. El romance entre Zobeida, la favorita del harén, y el esclavo de oro constituye el núcleo del ballet que Mikhail Fokine creó sobre la partitura de Rimsky-Korsakov, una obra sinfónica de 1888. Ballet Mariinski y Orquesta del Bolshoi, Ilze Liepa & Victor Yeremenko 2002 – Uno de los más eróticos y románticos Pas De Deux en el ballet:


Scheherazade – Zobeide’s death


3. Nace “BALLET CAPITAL OESTE”
https://ahoranews.net/nace-ballet-capital-oeste/

Karla Ortiz
https://mauroballet.com/karla-ortiz

David Rinaldy Soler
https://ahoranews.net/nace-ballet-capital-oeste/

https://laislaoeste.com/bailarin-mayaguezano-se-destaca-como-solista-principal-de-ballets-de-san-juan/


4. Adicionalmente a lo que Ud. puede encontrar en YouTube, recomendamos los siguientes dos programas sabatinos sobre ballet:
RNE Radio 5 – A compás con Olga Baeza.
En ‘A compás’ damos VOZ a la DANZA. La española, la clásica, la contemporánea. Impulsamos y difundimos este lenguaje universal que va más allá de la técnica, que nace de dentro hacia fuera, que conecta el cuerpo físico con el espiritual.
También abrimos las puertas del Aula de Flamenco. Tenemos cerca de 60 clases y un proyecto multimedia con el LAB de RTVE que ha sido nominado a los Premios Prix Europa 2021
lab.rtve.es/lab/aula-flamenco/es/

RNE Clásica Danza en Armonía
Presentado y dirigido por Alessandro Pierozzi, y que fue emitido entre el 2 de octubre de 2021 y el 25 de junio de 2022.

Aniversarios cinematográficos: 100 años  de Nosferatu, 50  años de El Padrino y 100 años del nacimiento de Pasolini.

Nosferatu: Una sinfonía del horror película muda alemana de 1922 dirigida por Friedrich Wilhelm Murnau. 
El Padrino (1972) dirigida por Francis Ford Coppola.
Pier Paolo Pasolini (Bolonia, Emilia-Romaña; 5 de marzo de 1922 – Ostia, Lacio; 2 de noviembre de 1975).

En entregas previas ( 23 mayo 2020; 16 febrero, 2 octubre y 1º noviembre 2021 ) tratamos la relación entre el cine y la música, y de nuestra pasión por este arte, comparable a  la cultura en general, y de gran influencia que tuvo un curso de apreciación cinematográfica dictado por el entonces director de la Página de Arte de El Nacional, Dr. Francisco Diego Lorenzo Batallán (Santiago de Compostela, España – Caracas 1997)1 en la sede del Cuartel Central de los Bomberos del Distrito Federal. 

Fuera de Venezuela no hemos podido asistir a una sala de cine de arte, como  a las  que concurríamos en Caracas: Cinemateca Nacional, Ateneo de Caracas, y las salas de La  Previsora y Trasnocho. Afortunadamente existe Días de Cine de  RTVE, al cual nos  referimos en la entrega en homenaje a Antonio Gasset.

Precisamente queremos invitar al lector a ver siguientes programas de  Días de cine:

25/3 /2022 Hace unas semanas, se reestrenaba en salas El Padrino por su 50º aniversario, que se cumple este 24 de marzo. ‘Días de cine’ le dedica un amplio reportaje con voces autorizadas del mundo del cine que desvelan algunos de los muchos misterios que rodean a esta película mítica.  Tambien el  documental sobre Venezuela Un cielo tan turbio de Álvaro Fernández Pilpeiro).

18/3/2022 Centenario de Nosferatu. El reportaje de Alejo Montero incluye los comentarios del restaurador de la película, Luciano Berriatúa, autor de  NOSFERATU. Un film erótico-ocultista-espiritista. Editorial Divisa, 2009, 320 páginas.


El máximo especialista en Murnau y artífice de esta reciente restauración de Nosferatu, nos descubre el proceso de la meticulosa ‘vuelta a la vida’ de la película y el fascinante proceso creativo de un film surgido por expresa voluntad de seguidores del ocultismo, cuyos símbolos aparecen en prácticamente todas las secuencias de Nosferatu. La edición viene acompañada por dos DVD´s, uno que incluye la película, y otro con documentales del propio Berriatúa, en los que nos adentra en los métodos de trabajo de Murnau.

Escuchar en RNE Canal Clásico, el programa La Flama del 4/3/22, dedicado a Nosferatu. 

4/3/2022 Se cumplen esta semana 100 años del nacimiento del cineasta Pier Paolo Pasolini, asesinado en 1975 y director de películas tan dispares como ‘Mamma Roma’, ‘Pajaritos y pajarracos’, ‘El evangelio según San Mateo’ o ‘Saló o los 120 días de Sodoma’. ‘Días de Cine’ se acerca a una figura que casi medio siglo después de su trágica muerte sigue siendo fascinante. 


Notas

1. Buscar en internet: Que memoria Batallan. Eleazar Valera Ruiz, 16 febrero 2018

   Hombre de recuerdos y paella. Claudia Aguirre, 1 de febrero de 2022

Ópera barroca (I): Händel. Ariodante por Ramon Gener  

Georg Friedrich Händel
23 de febrero de 1685, Halle, Alemania – 14 de abril de 1759, Londres, Reino Unido
Handel: Ariodante ‘Scherza infida’ | The English Concert & Joyce DiDonato

De los periodos históricos del desarrollo de la opera1, uno de  los que más disfruto es la barroca, y este el motivo por el cual hoy entregamos la de uno de los también compositores favoritos, en la siempre interesante explicación de Gener.

Ariodante, ópera de Georg Friedrich Händel

Conferencia de Ramon Gener en el Palau de les Arts Reina Sofía, Valencia 23 febrero 2022

Obertura [cortina musical de Sinfonía de la mañana, RNE Clásica], pero no es la obertura de Ariodante. La de RNE es del film Cyrano de Bergerac (1990) del director  Jean-Paul Rappeneau con música de Jean Claude Petit. Ambas composiciones están en sol menor. Un amigo de Händel recopiló en 40 volúmenes las partituras editadas de Händel y se las envió a Beethoven, quien las tenía sobre unos de sus pianos. Si a Beethoven le gusta Händel, a nosotros también. 

El rey de Inglaterra que firmó su acta de nacionalización como súbdito británico fue Georg  von Hannover, de la casa de los Estuardos, porque  era el pariente más cercano no católico de la reina Anna. El acta de 1701 no permitía monarcas católicos. Este rey nunca habló inglés. En 1714 se convirtió en George Louis of the Great Britain. Los reyes británicos eran alemanes de la casa de Hannover hasta que la reina Victoria se casó con uno de la casa de Sajonia. En la I Guerra Mundial con Jorge V se cambiaron de nombre, ahora eran de Windsor.

En la parte superior del telón del Royal Opera House está el escudo de los Windsor, en francés, porque lo dijo Ricardo I en francés, que fue la lengua vernácula que sustituyó al latín. Debajo de escudo se encuentran las letras ER, Elizabeth Regina. 

Cuando esos tíos de Londres, en la primera mitad del siglo XVIII iban a la ópera, veían un espectáculo que no entendían, por eso fliparon con la ópera italiana. Se enamoraron de cosas como esta [aria Scherza infida, Acto. II, Escena 3; Ariodante interpretación de Joyce DiDonato, disponible en YouTube]. El aria del dolor del protagonista está escrita en sol menor. Gener la toca al piano y señala, “el oboe otra vez”. Chopin, Purcell [de Dido y Eneas, Lamento de Dido, Remenber me], sol menor que sirve para explicar la tristeza, está lleno de ternura y los musicólogos dicen que es el lamento del alma que se apaga.. 

Los castrados y la estructura de la ópera barroca explican la fascinación de los ingleses por las óperas italianas.

El régimen de Cromwell era puritano, prohibió espectáculos con música. Los puritanos son los de la ópera de Bellini. Cuando vuelve la monarquía con Carlos II, son reyes afrancesados e imponen música francesa a los británicos, y no les gustó.  No fue hasta que Anna, la última de los Estuardos, aparece George I, de Hannover donde todo lo italianizante está totalmente introducido, y la llevó a Inglaterra.  Les encantó porque tendrán dos compañías de óperas italianas, que compiten. Las dos compañías terminaron arruinadas. La ópera de la nobleza propiciada por el hijo del rey, vino más tarde y fue la Royal Opera en la que estaba Händel con el rey.

Sobre el   los castrados, San Pablo le dice a los corintios:

Ya por el 1200 cantan los niños, es una inversión muy grande, y les cambian la voz. Entonces descubrieron que les cortabas una pequeña cosa y esos niños no cambiaban de voz, y así  empezó la época de los castrados. Ya tenían la experiencia de lo eunucos. Era también una manera de que las familias le dieran un futuro a sus hijos como monjas, militares, curas o castrados si cantabas. Gener ilustra con un concierto de Justin Biber y la locura que despierta en su público. Y cuando Franz Liszt y Paganini tocaban, pasaba lo mismo. El hecho es que las cosas no cambian, solo cambian las maneras. Era el espectáculo.

Algunos de los castrados más conocidos fueron:

Baldassare Ferri (1610–1680)

Giovanni Francesco Grossi Siface (1653–1697)

Matteo Sassano Matteuccio (1667–1737)

Nicolo Grimaldi Nicolini (1673–1732)

Antonio Maria Bernacchi (1685–1756)

Francesco Bernardi Senesino (c. 1685–c. 1759)

Carlo Broschi Farinelli (1705–1782)

Giovanni Carestini (1705–1760)

Gaetano Majorano Caffarelli (1710–1783)

Gioacchino Conti Gizziello (1714–1761)

Giovanni Manzuoli (1720–1782)

Gaetano Guadagni (1725–1792)

Gasparo Pacchiarotti (1740–1821)

Luigi Marchesi (1754–1829)

Girolamo Crescentini (1762–1848)

Giambattista Stracciavelutti Velluti (1781–1861)

Domenico Mustafà (1829–1912)

Giovanni Cesari (1843-1904)

Domenico Salvatori (1855–1909)

Alessandro Moreschi (1858–1922)

Ellos cantaban las arias de bauli, con las que siempre triunfaban. Giovanni Carestini fue el castrado que estreno Ariodante.

Al  inventar Alessandro Scarlatti el aria da capo, puso freno a los abusos de los castrati de cantar lo que a ellos se le ocurriera y que a veces no tenía que ver con la ópera. El  aria da capo, gustó y contentó a todos:  al compositor, el castrado, el libretista, los músicos y los copistas (al llegar al final, en lugar de escribir la música, ponía Da capo). 

En esta aria hay un fragmento de música, A, luego música, B, y vuelve al fragmento A, donde el cantante podía hacer lo que quería, variaciones.  Veámoslo en la última aria de Ariodante:

Es un aria tremendamente ornamentada en la música y la voz.

Ritornelo de la parte A

La parte B es corta porque es un puente para volver a empezar, da capo

Da capo (A’)

Ritornelo otra vez para terminar.

Un aria típica barroca es la espectacularidad del canto y la belleza de la música.

El índice de Ariodante nos muestra la estructura de  la ópera barroca.

Un arioso  no es un aria porque no tiene da capo. Solo una pequeña parte, un aria pequeñita. 

Una ópera barroca es una sucesión de arias, hay una jerarquía en los cantantes, del primer castrado o la primera soprano, segundo castrado, segunda soprano, las mesosopranos, los bajos y los barítonos, estos últimos cantantes no podían tener sentimientos nobles, y si lo tenían, lo expresaban en un recitativo, pero no en una aria.

El  castrado no quería mezclar su voz, que es lo que la gente había ido a escuchar, con la de la soprano. Y ella tampoco quería juntarse con la del castrado por las mismas razones. Es una sucesión de arias en las que en medio hay recitativos secos, acompañados por el clave, donde la sucede y avanza la acción de la ópera.

Como en el siglo XXI esto dramáticamente es muy complicado, tenemos que ver la ópera de otro modo. Intentar disfrutarla, gustarla de otro modo. En algún momento hay un dueto, al final del acto, para que la dramaturgia tuviera algún sentido. Accedían a cantar juntos, pero cada uno  cantaba una frase, sin mezclar sus voces, solo al final cantaban algunas frases juntos.  

Ariodante es una ópera de 1730 y Händel  que tiene una enorme personalidad, logra mandar sobre sus cantantes (Carestini y Anna Maria Strada del Po). Vamos a escuchar un dúo donde cantan al mismo tiempo Ariodante y Ginevra. Los dúos funcionan igual que las arias da campo, A B A’.

Canta el castrado (interpretado aquí por una mujer)

Canta la soprano

Cantan a la vez, en dúo: Me gustaría tener mil vidas para consagrarlas todas a ti


Además de lograr que en los dúos pasen cosas más allá de los convencionales dúos barrocos, el Covent Garden tiene que ofrecer más cosas, incorporar un cuerpo de baile. En esta producción el ballo lo hacen muñecos articulados. 

Para los que vengan a esta producción, y la encuentren difícil, la música de Händel lo rescata todo.

Polinesso es el responsable de que la acción tenga lugar, porque esta es una ópera sobre el engaño.  Polinesso es todos estos personajes. Polinesso canta su credo, como lo hará Yago en Otelo. El credo de Polinessio es a favor  de la mentira.

Polinesso son todos estos personajes del cine

Es también Hannibal Lester 

En abril de 1742, días después de la primera representación de El Mesías, fue a visitar a Lord Kinnoull, quien lo había felicitado por su Mesías, «el noble entretenimiento que últimamente había dado al pueblo».  A lo que Händel contestó 

y esto que dijo para El Mesías sirve para toda su obra:

Debería sentirme triste, avergonzado, mal, si lo único que consigo con mi música es entreteneros, porque lo que yo quería era cambiarlos. 

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Nota 1.- Los musicólogos  están de acuerdo en reconocer las siguientes etapas históricas en el desarrollo de la ópera: Barroca (veneciana, francesa, napolitana, barroco tardío). Rococo. Clasicismo. Siglo XIX (Romántica. Nacionalista. Verista. Postromántica. Impresionista). Siglo XX (Expresionismo. Dodecafonismo. Neoclasicismo. Contemporánea).