Dos vientos madera y su ubicación en la orquesta sinfónica
Trataremos sobre dos instrumentos de la familia vientos madera cuyo sonido podemos confundir si bien los reconocemos en los videos por sus boquillas, su ubicación en la orquesta, y el periodo musical de la obra que escuchamos.
Una breve descripción y un repertorio fácil de ubicar en YouTube y a escuchar atentamente varias veces logrará que alcancemos la total identificación auditiva.
El oboe
Tres oboes: tradicional, barroco y moderno. Puede apreciarse la evolución y el desarrollo de las llaves, así como la madera y la forma del taladro, la campana y la lengüeta.
La palabra oboe llegó al castellano a través del nombre que el instrumento recibe en otros países; en Francia se llama “hautbois” y en Alemania “Hoboe”. Los antepasados del oboe son el aulos de los griegos y la gaita.
El oboe entra en la orquesta sinfónica a mediados del siglo XVII.
Habitualmente se fabrica en madera, para crear un sonido de textura muy especial. Su timbre es a la vez claro, coloreado, “hueco” y cálido.Ágil y preciso, permite efectos virtuosos, siempre expresivo.
El oboe está afinado en Do; por tanto, no es un instrumento transpositor como el corno inglés y tiene un registro entre mezzo-soprano y soprano. Las orquestas suelen afinar escuchando al oboe tocar el tono de concierto: un La 3 a 440 herzios (es el la que se encuentra por encima del Do central del piano, vibrando unas 440 veces por segundo o, lo que es lo mismo, a 440 Hz).
La razón de afinar empleando el oboe, es que, de entre todos los instrumentos de la orquesta, sin contar el piano, es el que posee un tono más estable, permaneciendo constante a pesar de los cambios en la temperatura o la humedad. Además, en comparación con muchos otros instrumentos, al dejar de tocarse durante mucho tiempo, es el que menos se desafina.
La tesitura del oboe está comprendida entre el Si bemol 2 grave y el Sol 5 sobreagudo. El Si bemol grave es el límite absoluto. En el registro sobreagudo el Sol puede ser sobrepasado en algunos semitonos, pero estas notas resultan comprometidas para un oboísta de fuerza media. Para tocar en este registro, al oboe se le ha añadido una tercera llave de octava, pero incluso así resulta pesado y difícil. Los maestros clásicos evitaron escribir por encima del Fa natural sobreagudo, como puede escucharse en el Cuarteto para oboe y cuerdas de Mozart. El mejor registro del oboe está comprendido entre el La3 y el Re5, registro en el cual el oboe es un instrumento de inestimable valor para la interpretación de melodías, siendo un símbolo de pureza e ingenuidad cuando se trata de describir caracteres humanos.
El oboe es ante todo un instrumento melódico; tiene un carácter agreste, lleno de ternura, incluso de timidez. Los sonidos del oboe son adecuados para expresar el candor, la ingenua gracia, el dulce gozo, o el dolor de un alma en pena. Los transmite de manera admirable en los pasajes cantabile.
El sonido del oboe se distingue del de los demás instrumentos por ser más gangoso y nasal; también como acre, penetrante, áspero, cortante, ronco y aterciopelado. Este, junto al fagot y el corno inglés, forma un grupo muy homogéneo, que representa las cualidades más obvias de la doble lengüeta que los distinguen de otros instrumentos. El oboe sería la voz soprano; el fagot, el bajo, y el corno inglés, el tenor, y, aunque no se emplee mucho en las orquestas, el oboe de amor, el contralto.
El cuidado de la embocadura en el oboe merece mayor atención que en los demás instrumentos. El sonido del oboe, si es mal tocado, puede ser muy desagradable, agrio e ingrato, como ocurre con los estudiantes al principio, razón de peso que puede inducir al abandono del estudio del mismo. Pero un oboísta avanzado puede producir un timbre rico, cálido y hermoso.
En contraposición a lo anterior, Gustav Mahler, para obtener una sonoridad más estridente, disponía los oboes y clarinetes de tal manera que sus campanas apuntasen directamente hacia el público. Este efecto es indicado en la partitura de su Sinfonía No. 8 (en alemán Schalltrichter auf). Por otro lado, el llamado efecto sordina, que consigue un sonido más apagado, se logra introduciendo un pañuelo en el pabellón del instrumento.
Antes de tocarlo, el oboista humedece cuidadosamente la lengüeta doble con su saliva, si no lo hiciera, el instrumento no sonaría.
La gama de recursos expresivos del oboe es muy extensa, siendo algunas de sus principales características la ingenuidad, la gracia y la elegancia, aunque lo patético no le es extraño; el oboe es el principal instrumento para interpretar obras con sentimientos «rústicos», por ejemplo, la Sinfonía No. 6 «Pastoral» de Beethoven.
También expresa el duelo, como en la Marcha fúnebre de la Sinfonía No. 3 Heroica de Beethoven, el espanto y la desesperación, como en la “Carrera al abismo“ de la Condenación de Fausto de Héctor Berlioz, así como sabe cantar las más delicadas frases de amor, como en Romeo y Julieta de Berlioz, en el Concierto para violín de Brahms, en el solo del movimiento lento de Pélleas et Mélisande de Debussy; en Pedro y el lobo de Prokofiev, donde el oboe interpreta la voz del torpe pato o en la Sinfonía fantástica de Berlioz en la escena de los campos.
El corno inglés
Este instrumento es algo mayor que el oboe, por lo que su sonido corresponde a una quinta inferior, es decir, los sonidos reales escuchados correponden a una quinta más baja del que vemos escrito en la partitura. Expresa ternura, melancolía, agonía, nostalgia,
Fue utilizado por J. S. Bach bajo el nombre de “oboe de Caccia” (oboe de caza) y entra en la orquesta hacia 1750.Su nombre viene dado por el hecho de que en su origen, existía un modelo en forma de codo o “anglé” (angular) destinado a ser tocado a caballo y cuyo nombre por deformación ortográfica se convierte en “anglais· (inglés).
El apelativo anglais o anglois (‘inglés’) sería una deformación de anglé (angulado, curvado). En todos los idiomas se perpetúa esa confusión. El ejecutante de este instrumento se llama normalmente el cornista, aunque también admite una forma correcta, pero menos usada, el anglocornista.
Derivado del oboe, por su construcción tiene doble lengüeta y tubo ligeramente cónico.Su campana con forma de pera le da un timbre un tanto más nasal y cubierto que el del oboe. Su cualidad de tono está más cercana a la del oboe d’amore. Si el oboe es el instrumento soprano de la familia, el corno inglés es considerado el contralto, mientras que el oboe d’amore es el mezzosoprano.
El corno inglés es un instrumento muy similar al oboe aunque de sonido aún más nasal. Alguna diferencia con respecto al oboe, es la forma de la campana, la cual es más bulbosa. Además, la boquilla va única al instrumento por un tubo de metal. Tanto el oboe como el corno inglés leen en clave de Sol.
Suena una quinta justa debajo del oboe. Es un instrumento transpositor: lo que suena no es lo mismo que lo que está escrito.Se dice que «está en Fa»: es decir, que cuando el ejecutante (generalmente un oboísta) oprime la combinación de teclas que en un oboe produciría un Do3, en el corno inglés produce un Fa2. Esto es: el corno inglés suena una quinta justa más grave que lo que está escrito. Un ejemplo de otro instrumento afinado en Fa es la trompa, comúnmente denominada corno francés.
El corno inglés está afinado a una quinta justa por debajo del oboe.Su extensión va desde el Mi3 hasta el Si bemol 5 (dos octavas y media); aunque, según la orquestación de Ravel de Cuadros de una exposición de Músorgski, debería llegar al Mi bemol grave.
Se considera que el corno inglés tiene un timbre más meloso y plañidero que el oboe. Su apariencia difiere de la del oboe en que la lengüeta está adherida a un tubo de metal ligeramente curvado, llamado bocal, y que la campana tiene forma bulbosa.
Era muy poco usado antes del romanticismo, pero luego fue un instrumento común en la orquesta. Sin embargo, es raro en la música de cámara, donde es reemplazado por la trompeta o el fagot. En las bandas sonoras de las películas de cine, el corno inglés aparece tanto o más que el oboe, debido a su timbre más «redondo»u oscuro. .
El corno ingles es muy apreciado como instrumento solista por su sonido más sombrío y profundo que el del oboe. Debido a esto y a su tamaño, no es tan ágil como el oboe. Debido a que las posiciones son muy parecidas a las del oboe, no es muy difícil para un oboísta hacerse cargo del corno inglés. De hecho, en las composiciones orquestales se suele dejar la interpretación del corno inglés al tercer oboe.
Todas las referencias han sido adaptadas de internet.
Repertorio para oboe
Ennio Morricone. Gabriel´s oboe, tema principal de la película La Misión.
Wolfgang Amadeus Mozart. Concerto para oboe, K. 314 Cuarteto con oboe, K. 370.
F. Poulenc. Fragmento de la Sonata para Oboe y Piano.
Rimsky Korsakov. Solo de oboe: Tema de Sherezade.
Antonio Vivaldi. Doce conciertos, Opus 7 (diez son para violín, dos para oboe).
Tomaso Albinoni. 12 Concerti a cinque.
George Frideric Handel. Sinfonía El arribo de la reina de Saba. Conciertos y sonatas para oboe; Sonata para oboe en do menor (HWV 366).
Johann Sebastian Bach.Conciertos de Brandemburgo 1 y 2, Concierto para violín y oboe.
Georg Philipp Telemann. Conciertos y sonatas para oboe.
Alessandro Marcello. Concierto en re menor.
Robert Schumann.Tres romanzas para oboe (o violín) y piano.
Richard Strauss. Concierto para oboe.
Camille Saint-Saëns. Sonata para oboe y piano, Op. 166.
Benjamin Britten. Seis metamorfosis de Ovidio, Variaciones temporales, Two Insect Pieces.
Carl Nielsen. Dos fantasías para oboe y piano.
Ralph Vaughan Williams. Concierto para oboe y cuerdas. Diez canciones de Blake, para oboe y tenor.
Witold Lutoslawski. Doble concierto para oboe y arpa.
Paul Hindemith. Sonata para oboe y piano.
Ígor Stravinsky. Pastorale (transcrita en 1933 para violín (oboe) y cuarteto de viento).
Repertorio para corno inglés
Robert Schumann. Manfred.
Emmanuel Chabrier. Lamento for English horn and orchestra.
Gaetano Donizetti. Concertino in G major.
Arthur Honegger. Concerto da camera, for flute, English horn & string orchestra.
Walter Piston, Fantasy for English horn, harp and string orchestra.
Ermanno Wolf-Ferrari. Concertino in A-flat, op. 34.
Joseph Haydn. Sinfonía Nº 22 (El filósofo).
Richard Wagner. Tristan und Isolde (acto 3, escena 1).
Piotr Ilich Chaikovski. Romeo y Julieta (tema de amor, exposición); Capricho italiano.
Antonín Dvořák. Sinfonía Nº 9 del Nuevo Mundo.
César Franck. Sinfonía en Re menor (segundo movimiento).
Gioacchino Rossini.Obertura de William Tell.
Hector Berlioz. Obertura del Carnaval Romano.
Dmitri Shostakóvich. Sinfonía Nº 11 (cuarto movimiento) y la Sinfonía Nº 8 (primer movimiento).
Jean Sibelius. El cisne de Tuonela (de las Leyendas de Lemminkäinen).
Maurice Ravel. Concierto para piano en sol. Bolero, solo de corno inglés.
Joaquín Rodrigo. Concierto de Aranjuez (segundo movimiento).
Igor Stravinsk.Danza del pájaro de fuego. Aaron Copland. Quiet City (ciudad tranquila).