Con mi amigo Clemente hacíamos paseos por el centro de Caracas. Él preguntaba en las discotiendas por la Obertura 1812, y pedía escucharla. Nunca comprábamos y seguíamos nuestro recorrido. Así llegue a la sede de Don Disco en la Avenida Urdaneta.
Por lo enriquecedor de esos recorridos, los continué de manera independiente, tanto en el país como en el exterior, y en la medida de mis posibilidades, compraba.
Con mucho amor y agradecimiento recuerdo: Don Disco de Chacao y Avenida Urdaneta, Allum’s Maracaibo Import en el Centro Plaza, Monte Ávila en el Complejo Teresa Carreño, discotienda en el Centro Comercial Los Campitos (recomendada por la FM 97.3 Emisora Cultural de Caracas), Recorland de la calle Orinoco de Las Mercedes.
No hay mayor dolor en el infortunio que recordar el tiempo feliz.
Francesca, Infierno. Canto V, Infierno. Dante
En Caracas se quedó una de las últimas ediciones del catálogo Schwann que regalaban en Don Disco; una herramienta imprescindible de consulta para el melómano. Estuvo imprimiéndose de 1949 a 2002. Que yo sepa, no existen versiones electrónicas y desconozco publicaciones, impresas o digitales, que lo hayan reemplazado. El escritor y crítico musical Alejo Carpentier le dedicó un capítulo en su libro Ese músico que llevo dentro.
Caracas siempre fue una ciudad abierta al mundo, al día con la tecnología y la cultura, como lo testimonió el ya citado Carpentier. Sin egoísmos y muy generosamente se compartían gratuitamente los últimos hallazgos. Así por ejemplo, vimos en gran pantalla mediante tecnología Laser Disc, en el teatro de la sede de Maraven, en Chuao, Tosca filmada en escenarios históricos (1996, director Gianfranco Di Bosio). El ingeniero Giuseppe Tulli, de la Asociación Wagner de Venezuela, presentó en la sala de la Cinemateca Nacional, sede Museo de Bellas Artes, El Anillo del Nibelungo (1995) en la renovadora puesta en escena de Harry Kupfer y dirección de Daniel Barenboim, de la ya extraordinaria versión de Patrice Chérau y Pierre Boulez, que reinaba desde 1976.
Hemos comprobado que los caminos para el degusto musical son múltiples. El catálogo Schwann fue una excelente base de datos de compositores y sus obras, sumamente útil para la comparación de versiones disponibles. Si usted tiene uno, lo invitamos a que en estos tiempos de confinamiento domiciliario se dedique a escanearlo o transcribirlo a medio digital.
Imagen: tenwatts.blogspot.com